De todos y todas es conocida la marcha atrás, una práctica que se utiliza como anticonceptivo y que en Ginealmería vemos que es muy frecuente su uso, no diría que, por desconocimiento, pues todo el mundo sabe ese refrán de “que antes de llover chispea”, pero nunca está de más, insistir en que utilizar la marcha atrás como anticonceptivo tiene muchos riesgos de que se produzca un embarazo no deseado.
La interrupción a tiempo del coito consiste en retirar antes de la eyaculación el pene de la vagina, eyacular totalmente en el exterior y lejos de los genitales de la mujer.
El objetivo de esta práctica es impedir que el semen entre en la vagina y así evitar el contacto de los espermatozoides con el óvulo para dificultar la fecundación. Si no hay esperma, este método parece que debería funcionar si se practica correctamente, pero el liquido preseminal contiene espermatozoides, por eso lo de “antes de llover chispea”.
Las razones del índice de fracasos de este método pueden ser varias:
- El líquido preeyaculatorio o preseminal, que suele pasar inadvertido, puede contener espermatozoides.
- Algunos hombres pueden no controlar el momento de la eyaculación y se retiran demasiado tarde.
- Los hombres con eyaculación precoz pueden tener muchas dificultades para practicar la “marcha atrás.”
- Retirarse “antes de” precisa un alto grado de control del reflejo orgásmico y de autoconocimiento del que eyacula además de confianza de la otra persona.
- Algunos espermatozoides pueden quedar en la uretra de una eyaculación reciente anterior. Por lo tanto, que el hombre orine y se limpie antes de repetir el acto sexual no garantiza la limpieza completa del esperma de la eyaculación previa.
No hay suficiente acuerdo sobre si el esperma preeyaculatorio puede embarazar, y si es así para todas las personas, o sólo algunos hombres tienen espermatozoides en el líquido previo a la eyaculación. Además, hay estudios, según los cuales, los espermatozoides presentes en el líquido preseminal no son restos que quedan en la uretra de la eyaculación anterior, sino que se trata de esperma “nuevo”.
Muchas parejas coinciden en que la marcha atrás puede ser una práctica muy estresante y generadora de ansiedad al tener que estar más pendiente de una interrupción a tiempo del coito que en el placer del momento.
No es un método seguro ni idóneo para parejas que tienen claro que no quieren asumir el riesgo de un embarazo. Además, no hay acuerdo sobre si se puede transmitir o no el VIH y potencialmente otras infecciones de transmisión sexual a través del líquido preseminal.
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Dra. Paola Méndez Encarnación.